Mallorca y la naturaleza (I)

Biel Moll, Mallorca

2 de mayo de 2022

Me gusta presentar Mallorca como si los  paisajes pintorescos, la diversidad paisajística, las temperaturas agradables y el mar  fueran oportunidades para descubrir, recordar, discernir, afinar y afianzar los vínculos entre el ser humano y la naturaleza. Quiero contribuir a la erosión de mentalidades y prácticas de  nuestra civilización que plantean la naturaleza como una realidad externa que, a fin de cuentas,  está allí fuera básicamente para ser  dominada en nuestro beneficio sin ningún otro tipo de miramiento ni consideración.

Me considero entre aquellos para quienes los seres humanos formamos parte de la naturaleza. Me tienta la idea según la cual el ser humano ha  reconstruido a su manera el mundo exterior en el interior de su ser. Hay muchos interrogantes sobre el origen del universo y la vida. Sin embargo, si seguimos  la secuencia que empieza con el  universo y continúa con el surgimiento de la Tierra, la vida, vertebrados, reptiles, mamíferos, antropoide, homínido, sapiens… No resulta descabellado plantearse que el ser humano ha incorporado elementos, materiales y principios de  organización inherentes al entorno cósmico, físico y biológico.

Hipótesis y datos procedentes de  la astrofísica, la química, la biología y otras disciplinas apuntan hacia la prolongación de la naturaleza en el ser humano. Estamos construidos de materiales procedentes de la naturaleza. Sabemos que en los seres humanos hay átomos de carbono procedentes de un sol anterior al nuestro y aminoácidos procedentes de meteoritos, sabemos también que nuestras células están formadas por bacterias y moléculas presentes en el entorno. Por otra parte, el agua y la cocción de elementos químicos están integrados en toda forma de vida terrestre.   

Nuestros ritmos fisiológicos han incorporado la alternancia “externa” día-noche. No somos ajenos a la influencia de campos electromagnéticos ni tampoco a la gravedad. Compartimos capacidades de ejecución con los vertebrados, parte de nuestro cerebro es reptiliano, la base para la afectividad, el amor, la memoria, el aprendizaje es mamífera….

El turismo de naturaleza en Mallorca es una manera idónea de reconectar con lo que nos une a ella.